El manejo de residuos sólidos es un reto constante en proyectos de ingeniería y sostenibilidad. Vertederos, rellenos sanitarios y plantas de tratamiento necesitan sistemas eficaces para evitar la contaminación del suelo y las aguas subterráneas. En este contexto, los geocompuestos han demostrado ser una solución eficiente, permitiendo impermeabilizar, drenar y sellar estas infraestructuras de manera segura y duradera.
Gracias a su capacidad para contener lixiviados, dirigir los gases generados por la descomposición de residuos y garantizar la estabilidad estructural, los geocompuestos se han convertido en una tecnología esencial en la construcción y clausura de vertederos. Su versatilidad ha permitido su aplicación en múltiples escenarios, optimizando la seguridad y reduciendo el impacto ambiental.
Los geocompuestos combinan diferentes materiales, como geomembranas, geotextiles y geodrenes, formando barreras de protección y sistemas de drenaje diseñados para evitar problemas como filtraciones y acumulaciones de líquidos contaminantes. En la gestión de residuos sólidos, cumplen cuatro funciones clave:
Su durabilidad y resistencia a productos químicos los convierten en una opción confiable para minimizar el impacto ambiental y garantizar la seguridad de las instalaciones a largo plazo.
1. Impermeabilización de vertederos
Para evitar que los líquidos contaminantes penetren en el suelo, se instalan geomembranas de polietileno de alta densidad (PEAD) junto con capas de geotextil que mejoran su resistencia mecánica. Estas barreras evitan que los lixiviados afecten los ecosistemas cercanos y permiten cumplir con las normativas medioambientales.
La elección del sistema de impermeabilización depende del tipo de residuos gestionados:
2. Control y drenaje de lixiviados
Los residuos en descomposición generan líquidos que deben evacuarse de forma segura. Para ello, los geocompuestos con geodrenes y georedes permiten recolectar y canalizar los lixiviados hacia plantas de tratamiento, evitando su acumulación y reduciendo la presión sobre las capas inferiores del vertedero.
3. Captación y conducción de gases
Durante la descomposición de residuos, se liberan gases como el metano, que pueden ser peligrosos si no se gestionan correctamente. Los geocompuestos con propiedades drenantes permiten capturar estos gases y dirigirlos hacia sistemas de aprovechamiento energético o neutralización, reduciendo el impacto ambiental y mejorando la seguridad del vertedero.
4. Clausura y sellado final de vertederos
Cuando un vertedero ha alcanzado su capacidad máxima, es fundamental sellarlo para evitar problemas futuros. Se utilizan geomembranas y geotextiles para prevenir la infiltración de agua de lluvia y estabilizar el terreno, reduciendo el riesgo de hundimientos o filtraciones.
Al igual que en la impermeabilización, el sellado final varía según el tipo de residuos y su nivel de peligrosidad. En algunos casos, el terreno puede recuperarse para usos sostenibles, como la creación de áreas verdes o la instalación de paneles solares.
Beneficios del uso de geocompuestos en la gestión de residuos
El uso de geocompuestos ha sido clave en la gestión de vertederos en Europa y América Latina, logrando reducir significativamente la filtración de lixiviados y la emisión de gases contaminantes. Empresas especializadas como TexDelta han desarrollado innovaciones que mejoran la protección y eficiencia en la gestión de residuos, ofreciendo soluciones adaptadas a diferentes tipos de vertederos y rellenos sanitarios.