Se denomina pavimento al conjunto de capas del material en el que se recibe de directamente las cargas que son provocadas por el tránsito y se transmiten a los estratos inferiores proporcionando una superficie de rodamiento, la cual tiene que funcionar adecuadamente y presente comodidad hacia el usuario. La división en capas que se hace obedece principalmente a un motivo económico derivado de un diseño, debido a que en el momento en que se determinan los espesores de las capas el objetivo es proporcionar el espesor mínimo aceptable que reduzca los esfuerzos sobre la capa inmediata interior. La resistencia de las capas depende no exclusivamente de las capas de material sino también del proceso constructivo.
El pavimento flexible es aquel que tiene un período de vida entre diez y quince años, resulta más económico, pero con la desventaja de necesitar un constante mantenimiento. Este tipo de pavimento está compuesto principalmente de la sub rasante, la sub base, la base y la carpeta asfáltica. Con tal de prevenir la aparición de baches y grietas en el paviemento flexible, utilizaremos el material geomalla como método de refuerzo de base. Las geomallas llevan más de 30 años siendo utilizadas en estructuras granulares de pavimentos flexibles, como refuerzo base, como refuerzo de confinamiento o como efecto de restricción lateral. En Tex Delta hemos diseñado una serie de geomallas que solucionan los problemas de refuerzo de suelos.
Con frecuencia, las estructuras de pavimento flexible fallan de forma prematura ya que el material de la capa de la base se desplaza lateralmente por lo tanto se alejan las cargas de tránsito dando como resultado una rotura de la superficie del pavimento. La geomalla es un material probado para incrementar la vida útil del pavimento flexible y además contribuye en la reducción de la capa de base, aumenta la capacidad de soporte lo cual se traduce en un menor coste tanto a nivel de instalación como de transporte. Puesto que la mayoría de los materiales empleados en la construcción de pavimentos son esfuezo dependientes, la reestriccion al desplazamiento lateral, provocan que la geomalla queden permanentemente a compresión y como resultado un aumento en el módulo mecánico de la capa de base, traduciéndose en una mayor capacidad de soporte y de distribución del esfuerzo y menores deformaciones de la sub-rasante.
En este supuesto, la geomalla forma una barrera que controla la superficie inferior de la envolvente de falla que se genera y confiándola a la capa de la base granular, la cual ofrece más resistencia que la sub rasante. La geomalla ofrece gran refuerzo a la tensión interactuando con el suelo y el mecanismo vertical resultante. La colocación de una capa o más de geomalla dentro de la capa de base, genera la interacción por cortante entre el agregado y la geomalla, a medida que la base trata de desplazarle de forma lateral. Por lo tanto la carga por cortante se transmite desde el agregado de la capa garnular hasta la geomalla y la sitúa en tensión. En este supuesto la geomalla retrasa la aparición de la deformación por la tensión acumulada.
En el momento en el que se diseña un refuerzo de la estructura granular de un pavimento flexible, tiene que tenerse en cuenta que las aperturas de la geomalla admitan una buena interacción con el suelo y que se establezca una baja deformación a lo largo de la vida del pavimento y de forma repetitiva ante la formación de nuevas cargas dinámicas.
La geomalla actua reforzando tres tipo de mecanismos:
Se define refuerzo de confinamiento a la aplicación de geomallas en pavimentos flexibles, debido a la unión generada en la interacción del suelo granular de la capa de base con la geomalla.
La separación de las capas por medio de una geomalla evita que los componentes de la base granualar de un pavimento flexible se mezclen con el el suelo de la sub-rasante i produzcan una deformación.
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